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martes, 3 de junio de 2014

Comentarios del Folleto Alternativas al Desarrollo. La destrucción del planeta NO es un destino.



Cabe hacer pública una aclaración, desde hace tres meses vivo en Esmeraldas, por lo cual en honor a la verdad, actualmente no estoy participando dentro del Colectivo de Educación Popular ¡Liberémonos!, pero creo que próximamente van a haber noticias de él en Esmeraldas también.

Creo que es inevitable mostrar la emoción que tengo en este momento, así que antes quisiera compartir mi emoción con ustedes. Yo nací en una ciudad fronteriza de Ecuador a la que Benjamín Carrión le decía “el último rincón de la patria”, en Loja había una radio local que de vez en cuando transmitía unos audios, para escucharlos había que tener suerte, porque no eran transmitidos con tanta frecuencia, así que algunas veces sintonizaba la emisora esperando encontrarme con alguno. 

Estas grabaciones varias veces me dejaron pensando y  otras malpensando, había por ejemplo un audio que preguntaba, ¿Será una coincidencia  que los países a los que hoy se llama subdesarrollados, sean los mismos países que anteriormente fueron colonias europeas? 

Me puse a hacer el ejercicio al que se invitaba en el audio y sentí como si un secreto que la historia me había guardado se revelara ante mis ojos, para mostrarme parte de la historia no contada, creo que ese momento fue crucial para entender la vida desde otra mirada, y recurrentemente utilicé el ejemplo y el argumento en los debates de adolescente, desde entonces he venido creciendo junto a la influencia de las y los Radialistas apasionadas y apasionados, aún si conocer sus rostros pero identificando perfectamente sus voces y sus mensajes, el llamado siempre fue un llamado a cuestionar a reconstituir nuestra historia, a buscar entrelíneas la historia que el poder guardaba, de allí mi emoción por el honor de estar junto a ustedes hoy.

Agradezco mucho la invitación y el que se haya considerado mi nombre para poder compartir algunos comentarios el día de hoy, aunque yo la verdad estoy muy dudosa de tener comentarios, porque creo que más que comentarios son  algunas inquietudes y cuestionamientos que  el folleto ha ido propiciando en mí, y que cumplen con el objetivo de este libro,  que inicia proponiéndose como incitador de debates, un incendiario de ideas, y quizá también un muy oportuno utilizando la palabra censurada “agitador” de conciencias.
Cuando comencé a revisar el folleto, lo primero que valoré del mismo fue la sencillez y lucidez del lenguaje con la que se exponen las ideas, qué fácil resulta entender términos como extractivismo, modelo económico primario exportador, internacionalismo, megaminería, hidrocarburos, monocultivos, entre otros que encontramos en el folleto y que explican la idea de desarrollo que los contienen, valoro la simplicidad de las palabras, porque se vuelven accesibles, y porque estas reflexiones pueden democratizarse, al ser producciones colectivas, recogen muchas reflexiones que emergen del pueblo y sus bases organizadas, y que finalmente también regresan a él para seguir retroalimentando ese diálogo de saberes.

Mientras más avanzaba  más iba disfrutando de la lectura, porque se van evidenciando cadenas imperceptibles atadas con sutileza en el pasado pero que influyen en nuestras formas de vida actuales, nos manejamos bajo lógicas patriarcales, capitalistas y coloniales que aún no hemos podido superar, una matriz colonial de poder eurocéntrica y excluyente a otras formas de ser, estar y hacer, “sobre la cual se erige un modelo civilizatorio dominante, para el dominio del tiempo, del espacio, del sentido, del conocimiento, de los saberes, los lenguajes, las  prácticas, las memorias, los imaginarios, las subjetividades y los cuerpos en definitiva para el control y el dominio de los seres humanos, la naturaleza y la vida.” (GUERRERO: 25:2010)

Pese a que el colonialismo haya terminado hace muchos años atrás, seguimos viviendo la colonialidad, porque nuestros espacios siguen corriendo la suerte de Potosí,  porque “nuestra contaminación” es el sacrificio con el que se está pagando la conservación del otro lado del mundo,  porque a las transnacionales se les reconoce el derecho a contaminar, y a continuar saqueando otros territorios, siempre y cuando no sean los propios y siempre y cuando sirvan para abastecer sus consumos, bajos sus precios, bajo sus reglas; porque los cultivos corresponden a las necesidades extranjeras, y nuestras materias primas siguen costeando ganancias a cambio de destrucción. No hemos dejado de ser Potosí.

Vivimos la colonialidad presente en expectativas impuestas por una sociedad que espera altos niveles de consumo, para estar dentro del capitalismo central en goce de privilegios que el capital permite, versus un capitalismo periférico en donde se encuentran quienes ni siquiera puede acceder a derechos, menos aún a privilegios por estar privados de capital, se califica a las personas por los consumos, en una intención de uniformar a las sociedades en torno al capital como como aspiración máxima. 

Es profundamente ético cuestionar que se imponga una mirada de desarrollo como si se tratase de un deseo universal ineludible, que se pretenda “desarrollar” a los países subdesarrollados, porque “la lucha contra la pobreza puede convertirse en una arma ideológica, igual que el subdesarrollo ayuda a controlar y subordinar prácticas alternativas”, para anular formas otras de vivir, alejadas del mundo occidental, se impulsa y se justifica el desarrollo como la única vía, hay propagandas en la televisión en donde aparecen personas exigiendo el “desarrollo” que el resto del Ecuador posee.

El estado se ha vuelto el cómplice de los desplazamientos en comunidades, los campesinos están siendo obligados a salir del campo, a la fuerza o a través del convencimiento de que la ciudad es el espacio de desarrollo, por lo cual se prioriza la urbanización de las zonas rurales,  hay modernización, pero no no hubo incremento en la vida, un ejemplo se encuentra a las orillas del río Canandé en Esmeraldas, donde la población no tiene agua potable, sin embargo cuentan con un infocentro financiado por claro, en convenio con el estado. Se vende una ficción, un espejismo como lo llama el libro, de que estamos “desarrollándonos”.

Nos estamos acostumbrando a las consecuencias del sistema, como si no hubiera otra alternativa, con ello estamos aceptando las consecuencias de nuestras prácticas, más allá de lo que nuestra propia huella ambiental pudo haber dejado, estamos malgastando algo que no nos pertenece, sino de quien formamos parte. 

Sin bien es cierto este material hace un  diagnóstico muy claro del sistema capitalista y del extractivismo como modelo económico, también plantea un desafío para todas y todos, el de buscar colectivamente alternativas de fondo al modelo que se nos traza casi como un destino.

Frente a una maquinaria gigante, quizá lo más meritorio es una resistencia gigante, este material nos invita a seguir encontrando alternativas, y a plantearnos el derecho a soñar a pensar en un mundo diferente, nos invita por ejemplo a:

  •  ·        Aprender de las luchas ya existentes, unir sueños, aprender de los errores históricos.
  • ·        Transformar la política,  nuestras formas de entenderla, nuestras formas de interpretarla, ampliar nuestras miradas sobre la democracia y no reducirla al plano electoral, sino reconocer que hay otras formas muy genuinas con las que hemos venido construyendo democracia.
  • ·        Reconocer que hay formas históricas de resistirse y participar de forma espontánea y que son legítimas y espontaneas, y que la legitimidad supera a la legalidad.
  • ·        Transformar nuestras formas de relacionarnos, nuestras diferencias, o incluso nuestros deseos.
  • ·        Retomar prácticas como el trueque, y otras que no propenden al capitalismo.
  • ·        Recordar que las decisiones deben ser puramente soberanas, es decir que el mandatario es quien cumple con las decisiones de los mandantes, no es quien decide, sino quien ejecuta las decisiones de los otros.
  • ·        Los recursos son nuestros, los dueños del estado somos nosotros, como pueblo somos quienes debemos decidir.
  • ·        Re educarnos, aprender colectivamente, como dice Freire, nadie educa nadie, nadie se educa a si mismo, los hombres y mujeres se educan entre sí, mediatizados por el mundo.
  • ·        Replantearnos la educación como un mecanismo de emancipación, para deconstruir las lógicas que nos califican como bueno o malo a partir de una puntuación.
  • ·        Reafirmar nuestras luchas diversas y reconocer la legitimidad de las demandas del pueblo, reconocernos diferentes pero no indiferentes a las reivindicaciones de otros movimientos sociales.
  • ·        Cuestionar los  trabajos que nos hacen máquinas del trabajo, y que nos construyen como individuos aislados de nuestros espacios de trabajo colectivo o comunitario.

  • ·        Consumos razonados, capacidad para resistirse al consumismo,  si bien es cierto que dentro del sistema somos consumidores por imposición, digámosle no al consumismo.
  • ·        Exigir que nuestras decisiones sean consultadas y no solamente socializadas.
  • ·        Democratizar todas nuestras relaciones, de pareja, familiares, laborales, comunitarias, barriales, organizativas, etc.
  • ·        Conociendo nuestras realidades, relacionándonos con nuestros contextos circundantes para entender los puntos de vista varios.
  • ·        Rechazar el desarrollo de monopolios que concentran las riquezas en unas solas manos.

Creo que este momento histórico nos exhorta a debatir,  y rebatir sobre las realidades de vida  por las que caminamos. Hace algunos meses tuve algunos aprendizajes de vida que me hicieron creer que hay realidades que se evidencian  espontáneamente  y que como dice la canción “las cosas se cuentan solas, solo hay que saber mirar”, sin embargo ahora creo que estamos en la obligación de debatir y denunciar lo injusto , porque si bien es cierto “no son buenos tiempos para los soñadores”, debemos transgredir los tiempos y soñar hasta por deber, por respuesta subversiva a una realidad con la que no estamos de acuerdo, porque lamentablemente las cosas están gritando solas, pero parecen no ser vistas, o quien las ve prefiere hacerse el que no las vio, y más que un tiempo de denuncia sola, es tiempo de alternativas muchas gracias a todas las personas y al trabajo colectivo que nos ha permitido tenerlas presentes, este folleto cumple ya con su parte y el conocerlo ya nos hace responsables de vivirlo.

 “que el espíritu de la palabra, que da vida el fuego del corazón, hará posible que podamos conversar con amor y con respeto, con el espíritu de la naturaleza, de la tierra y del cosmos.”Anciano guaraní Karai Miri.

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