"No es cierto que
todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor,
todavía no se había dado cuenta” Quino. Joaquín Salvador Lavado.
Ante nada quiero
agradecer la invitación muy generosa que las chicas y los chicos del Club de
Oratoria Generación Cosmopolita han tenido para conmigo, y para evitar las
sorpresas posteriores, debo confesarles antes que, yo no soy ninguna
intelectual, sino que más bien me declaro una ignorante para ser precisa, por ello
me siento privilegiada, de estar rodeada de personas de las que sin duda
aprenderé mucho, y no solamente me refiero a la mesa, sino también al
auditorio, también porque si las cosas que digo están equivocadas, estas
equivocaciones me darán la oportunidad de seguir aprendiendo sin ningún tipo de
vergüenza pública y sin riesgo de recibir tomates, zapatos, celulares,
computadoras, dinero en efectivo, etc.
Sin embargo les
agradezco mucho por escucharme, porque tranquilamente en este momento podrían
estar fuera de este salón, recibiendo esos maravillosos rayos de sol, que sin
duda alguna son mucho más saludables que yo y mis palabras.
Como he anunciado
anteriormente, no soy una intelectual, pido disculpas si alguien cree que no
vengo vestida para la ocasión, pero esto
obedece al bien intencionado propósito subversivo de hacer un quiebre, no solo
en mis estéticas sino también que en lo que diré, que no serán más que algunas
reflexiones que me he hecho durante estos días, así que lo que vengo a
compartir son dudas, y algunas tentaciones, a ver cómo nos va pensando juntas
y juntos, sobre todo planteando, miradas y enfoques otros.
DUDA 1: ¿No creen que deberíamos
comenzarnos a cuestionar como estamos viviendo y entendiendo la cultura? Y a
partir de ello replantearnos y deconstruir imaginarios, creo que vivimos en una
época de innovaciones progresivas, y por principio universal, debemos estar predispuestos al cambio,
reconociendo de antemano como clave de interpretación que el mundo y quienes
formamos parte de él somos entes dialécticos.
Yo criticaría por
ejemplo el uso convencional del término cultura, que generalmente se reduce a
entender como cultura, a todo acto público de espectáculo vinculado a la “filosofía, la música, la
pintura, la escultura, la literatura y otras expresiones de refinamiento del
espíritu humano”[1],
que en ese sentido vienen a ser solamente una REPRESENTACIÒN de la cultura
misma, que “es un producto social. Es la suma de valores, creencias, actitudes
y modos de comportamiento prevalecientes en una sociedad, en un momento
determinado. (…) todo lo que aprenden las generaciones y los individuos en el
curso de histórico de su convivencia social.
Ella es una forma de vida, una manera de ser, un modo de pensar y de
sentir y un peculiar estilo de hacer las cosas cotidianas.”[2] Que
se pueden ver representados en la filosofía, la música, la literatura, etc.
TENTACIÓN 1: Partiendo de ello
me atrevo a plantear la primera tentación de la tarde, ¿Qué tal si comenzamos a
ampliar nuestras miradas sobre cultura?
Y asumimos como primer reto, la necesidad de construir relaciones
interculturales otras, porque éstas relaciones existen, pero están guiadas por
una matriz colonial de poder, que lo que hace es reproducir prácticas de
exclusión, determinadas por la categoría raza, clase, sexo, orientación sexual,
identidad sexual, lugar de origen, o religión. Nuestro desafío es justamente
construirnos desde la interculturalidad, desde el respeto y la valoración a nuestras
diferencias, ¡Qué tal si modificamos nuestras formas de relacionarnos con los
otros y las otras, y "buscamos
hilar sueños, luchas, esperanzas y ternuras, para tejer una red para la vida,
como otra forma de enfrentar la colonialidad del saber, hasta ahora sustentada
en la hegemonía de la ciencia y la técnica, de la frialdad de la razón, que
construyó un conocimiento disciplinador, alejado de toda forma de afectividad,
para que sea instrumental al ejercicio del poder, y que se erigió como un único
discurso de verdad, para subalternizar silenciar y desconocer las otras formas
de tejer conocimiento".[3]
El reto es retomar
un diálogo de saberes horizontal entre nosotrxs y nuestrxs diferentes otrxs,
creo que debemos aprovecha ese encuentro de culturas que nos proporciona la
posibilidad de vivir en un país pluricultural, es uno de los primeros desafíos
de la universidad como academia, pero también de quienes le dan vida a la
universidad, o sea nosotras y nosotros lxs estudiantes, hermanar nuestras
culturas, despejándolas de un horizonte totalizador al que nos obliga la
occidentalización, el conocimiento euro céntrico y la globalización, como
únicas alternativas para estas generaciones, yo digo, siempre hay formas otras
de mirar al mundo.
DUDA 2: La segunda duda es a la
vez una tentación, e invita a cuestionarnos la construcción de la
“intelectualidad”, en relación precisamente a la responsabilidad que la
academia tiene con la ciencia, y sobre todo con la sociedad, no se puede
construir la intelectualidad como una característica alejada del pueblo. La
academia construida desde el elitismo de los privilegiados, que pueden y tienen acceso a la educación,
cruza también por una cuestión de clase, lo que obedece a la formación de
medianas y pequeñas burguesías ilustradas. Como una clase superior, la clase de
los iluminados, donde se habla de incluso de la meritocracia, que aplicada a
este sentido, se
convierte en un instrumento de exclusión racial, social, de relaciones
centro-periferia; pues que no es coincidencia que precisamente las personas que
provienen de colegios públicos de calidad o privados de élite, sean quienes
terminan la universidad {por ejemplo},
dejando a lado a las personas con educación deficitaria y que casi siempre
empalpan con la población indígena, afro, rural y provinciana.[4]
El problema de la
meritocracia consiste en creer – además de dotar de valores morales – que a
partir de allí no habrá más corrupción, cuando quienes han desmontado nuestro
país han sido generalmente los más
“inteligentes”, dejando ver una espiritualidad cristiana positivista que
sinonimiza = inteligentes= bueno.
Y se generan
oficialmente dos estratos los inteligentes = intelectuales, y los que no, y al
final terminamos teniendo tecnócratas en escritorios, sin bajar al territorio,
como dicen las consignas populares.
La tentación que yo
propongo es que podamos recordar que quienes somos de pueblo, debemos regresar
a èl para devolver, y quienes no nacimos en el seno de esta sociedad proletaria
“un pueblo sin piernas pero que camina”,
como dicen algunos trovadores contemporáneos, podamos caminar cercanos a los pasos del
pueblo, y la única forma de amar algo es conociéndolo, viviendo con él, no viéndolo desde la clasificación “masas”
como concepto lejano y abstracto.
Y si vamos a buscar
el conocimiento de manera apasionada, aunque no queramos que vanidosamente nos
llamen intelectuales, y nos rehusemos a que se nos etiquete de tales, construyamos
sentidos éticos y convencimientos políticos del intelecto, como una herramienta para transformar
sociedades, democratizar los saberes, los conocimientos, buscar vincularlos con
la sociedad, generar ciencia para servir. “Recuerdo mi primer día de clases en
la universidad” Nos preguntaron por qué queríamos estudiar y como discurso de
memoria todos decían que era “para servir a la sociedad”, creo que con el paso
de los años, deberíamos evaluar nuestros compromisos, de otra forma, las
palabras bonitas y los discursos se convierten en “canciones para hacer dormir
a los niños y a los pueblos” como dice Saramago. No es suficiente indignarse,
incluso hasta debemos saber con quienes nos indignamos, y la respuesta sigue
siendo el pueblo.
TENTACIÓN 2: Justamente en
relación con estas reflexiones anteriores, me atrevo a plantear otro reto, el reto
por democratizar los saberes, que está ligado con reconocer saberes
varios, superando la visión positivista
decimonónica de la academia. Que implica reconocer también la sabiduría
popular, los conocimientos ancestrales, pero re conocer no solo desde su
existencia sino también desde su exploración. Democratizar los saberes
también significa luchar para que
quienes tienen acceso al conocimiento no sea solamente una élite privilegiada
por su relación o cercanía con el saber formal, sino que la democratización
está ligada con el acceso a la educación, sobre todo porque “la educación como
canal de acceso y ascenso tiene un sentido especial en la Abya Yala”.
REFLEXIÒN: Ahora quiero
acercarme a otras reflexiones, no desligadas del contexto que tratamos, pero
que si me parce importante asumir, como un reto de la universidad en general,
pero especialmente de la universidad pública, que es recuperar sentidos de
apropiación de la universidad pública, hace dos décadas se comenzó con todo un
desmantelamiento y un discurso de desprestigio de la universidad pública, a tal
grado que ni la universidad veìa como lucha la universidad, ahora hay intentos
interesantes por recuperar la universidad como la cosa pública, sin embargo, es
muy peligroso el criterio bajo el cual se está pensando la universidad, se la
está haciendo bajo la impronta de inteligentísimos técnicos e intelectuales
formados en el extranjero y universidades privadas que no tienen mucha idea de
cómo es la universidad pública del Ecuador, que no sea la de copiar modelos de
otras partes, sobretodo de universidades del primer mundo o de universidades
privadas, que siempre es mucho más cómodo que generar el su propio
conocimiento. “La universidad pública latinoamericana necesita un estatus especial, a diferencia de
las universidades agloamericanas o europeas para llevar a cabo su tarea”.
Creo que la tarea
de recuperar la universidad pública le corresponde a todos, y ese es uno de los
retos primordiales que debemos asumir, la academia debe generar su propia
ciencia, y la academia somos nosotros, los hacedores y hacedoras de
conocimientos y saberes.
La recuperación de
la universidad está ligada con la politización de la academia, y sobre todo
porque “si la universidad quiere mantener la libertad de enseñanza e
investigación, entonces se tiene que entender como fuerza política autónoma en
la sociedad” cuya misión sea defender a la universidad misma.
Yo creo que hay
muchas cosas por hacer, y me alegra mucho haber desfogado algunas de esas cosas
que me venía atormentando estos días, de reflexión obligada sobre la
universidad, y le pensar cuales vienen siendo nuestros retos, no desde los
“intelectuales vinculados a la cultura”, sino desde quienes aún pensamos que si
todo cambia, nuestra transformación y el de las instituciones, todavía tiene un
o más oportunidades de hacerlo, todo dependerá de que hagamos todos desde
nuestros espacios.
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros
¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar
¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros
¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar
¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.
[1] BORJA Rodrigo (2008) Sociedad,
cultura y derecho. Editorial Planeta del Ecuador S.A. Segunda edición.
Quito. p. 236.
[2] Ibídem.
[3] GUERRERO Patricio (2010) Corazonar.
Una Antropologìa comprometida con la vida. Miradas otras desde Abya – Yala, para la decolonización del
poder, del saber y del ser. Ediciones Abya Yala. Quito. p. 16 y 17.
[4] Editorial. Revista Mala idea. Nro. 2. Noviembre de 2011. Quito. p.13
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